A una familia Australiana le comunicaron a las 12 semanas de embarazo, que su hijo padecía de la malformación conocida como «gastrosquisis» que consiste en que los intestinos se desarrollan fuera del cuerpo del bebé.
La madre se informó por si misma sobre esta patología viendo que la esperanza de vida tras el parto en estos casos es mayor del 90%. El enfado de la madre con el médico fue enorme por el nefasto consejo. Por supuesto que Holly y Stephen decidieron continuar con el embarazo.
Tras el parto, se procedió a la cirugía para colocar dentro el intestino grueso y el intestino delgado. Tras 7 meses el hijo de Holly Stephen está en casa y es un niño completamente normal feliz que tiene toda la vida por delante.
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