Con frecuencia recibo mensajes de simpatizantes del PP y de Vox (o PPVox, es igual), invitándome a que desista de mi lucha a favor de la Vida de todo ser humano.
Hace unos días, además de decirles que nasty de plasty y que este servidor cree en la libertad de expresión, me salieron del alma estos argumentos, ante los cuales estos internautas Peperos y Voxeros se han quedado más callados que en Misa, como aquel que dijo. Quiero compartirlos con vosotros:
PRIMER ARGUMENTO. Desde la ventana de mi casa veo el puerto de Sevilla. Por ese puerto transitaron, desde 1444 hasta 1870, miles de buques negreros, ya que durante tal etapa histórica la esclavitud estuvo legalizada (o al menos tolerada) en todas las naciones de Europa.
Por varias circunstancias, llevo años estudiando este tema y algo sé del mismo: a final del siglo XVIII, como reflejo del movimiento surgido en Inglaterra para la abolición total de la esclavitud, en Sevilla hubo dos posturas enfrentadas de los mismos abolicionistas. Unos consideraban (seguro que de buena fe) que había que ir «poco a poco», dando «pequeños pasos» en la lucha por las libertad (buques negreros más grandes para hacerles más cómodo a los esclavos el trayecto desde Sevilla hasta venderlos en subasta en Hispanoamérica, vacunaciones masivas para reducir su mortalidad, etc…). La otra postura era la de los abolicionistas auténticos: siguiendo las tesis de los ingleses Wilberforce, Pitt, Clarkson… estaban convencidos de que la esclavitud era un atentado contra un elemental derecho humano. No tenía sentido transigir en este tema, ni cabían las ambigüedades o medias tintas. Aceptar mejoras sanitarias para los esclavos, aceptar que se les diera un trato humano en las plantaciones de algodón a los que se destinaba como mano de obra, equivalía, en el fondo, a dar carta de naturaleza a la esclavitud.
La historia nos demuestra que triunfó esta segunda tesis. Así me lo confirmaba alguien de la cofradía «Los Negritos» de Sevilla, fundada hacia 1700 por esclavos africanos, bien atendidos por clases pudientes de la ciudad e incluso bautizados (¿ no os parece esto último del Bautismo una tremenda hipocresía?).
Me asombra constatar el paralelismo de la esclavitud con la legalización del aborto en España y en Europa. Evidentemente, la postura de los que me escriben desde el PP o desde Vox, encajaría con la de aquellos abolicionistas de Sevilla, que entendían que debía irse «poco a poco». Ellos mismos lo confiesan apoyando el proyecto de Ley de Gallardón (no olvidemos que esta reforma vendría a ser el aborto de derechas; de un carácter educadamente abortista, amablemente abortista, razonablemente abortista). Y también es obvio que la postura que mantiene IMPULSO SOCIAL en este asunto, coincidiría con los que pelearon de veras contra la esclavitud, sin concesiones y partiendo de la premisa de que, aunque «el aborto es un hecho» (como me comentan por facebook los indignados del PP y de Vox a quienes les llevo la contraria), es un hecho que debemos cortar de raíz, apoyando decididamente a las mujeres embarazadas, principalmente a las más desfavorecidas social y económicamente.
SEGUNDO ARGUMENTO.- No me gusta hacer valer este argumento, basado en mi propia experiencia vital. Pero esta vez los argumentos contrarios a la vida del PP y del PPVox, me lo ponen en bandeja: Debido a un error médico en el momento del parto de mi suegra, mi mujer nació afectada por tetraparesia espástica, con un grado de discapacidad del 98%, no puede valerse de sus brazos ni de sus piernas, es usuaria de silla de ruedas y precisa de la atención de otra persona para actos elementales como comer, vestirse, desplazarse… Nos casamos hace 12 años y tenemos un niño de 10. Ella está implicada en diversas organizaciones favorables al derecho a la vida y escribió el libro «Yo soy Rocío y tengo parálisis cerebral», por el que recibió de la Reina Sofía un premio de su Patronato, recociéndole sus méritos por la integración de las personas con discapacidad, etc, etc…
Hablando claro, señores del PP y de Vox: Rocío sería perfectamente «abortable» según la legislación abortista vigente y también (reconózcanlo al menos) con la educada legislación abortista del proyecto de Ley de Gallardón. Y me pregunto francamente a cuantas Rocíos se ha dejado en la cuneta de la historia, con sus medias tintas y ambigüedades.
Así que este menda lo tiene claro: Nada de paripés y de buen rollito tolerante y de comparsa de carnaval del PP y del PPVox en el tema de la vida. Yo voto IMPULSO SOCIAL, la única coalición electoral provida en estas elecciones al Parlamento Europeo.
Pepe Rodríguez Hervella, candidato nº16 de IMPULSO SOCIAL